sábado, 12 de diciembre de 2009

PAPERBACK WRITER









A mis amigos, y para aquéllos a los que no les adeudo la ternura porque les quedé debiendo más de una factura, quiero dedicar la publicación de mi primer libro de cuentos: “Un pésimo malo”.

Fueron muchas noches arrugando papeles en las que lo único cierto, fueron las ganas que tuve de salir volando por la ventana cuando no me salían las historias en las que muchas veces, me vi involucrado como uno de sus personajes.

Este libro nació porque afortunadamente no uso corbata, no me coloco el vestido de paño del señor gris, porque sigo con mi capacidad de asombro intacta, y porque todavía vive en mí el niño que nunca ha crecido, ése pésimo malo que usa jeans rotos, lee a Mafalda, hace el signo de la paz, escribe grafittis, toca puertas, tira piedras, y sale corriendo.
Pura y deliciosa inmadurez.


“…If you really like it, you can have the rights
It could make a million for you overnight
If you must return it, you can send it here
But I need a break and I want to be a
Paperback writer
Paperback writer


Foto: Luis Carlos Bonilla Sandoval

jueves, 10 de diciembre de 2009

TIEMPO, DEVUÉLVEME MI TIEMPO
























Tiempo:
Quisiera saber en dónde te encuentras, aunque siempre me han dicho que estás en todo lo que nos rodea, y que tu paso es inexorable.
Llévame de vuelta a los días cuando salía en mi patineta roja a comprar las dos botellas de leche y el pan tajado a la tienda del judío que me enseñó a comer pan francés de cincuenta con Coca Cola.
Devuélveme las tardes de los sábados cuando salía al balcón a ver a la vecinita que tanto me gustaba.
Retrocédeme a las noches en casa de mi abuela para que pueda buscar el olor perdido del pan recién horneado que se regaba por todas las habitaciones.

Dibuja mi cuarto y mis soldaditos de plomo, ayúdame a recordar mis juegos a los vaqueros en sus rincones, cuéntame si ellos también fueron continentes desconocidos a los que llegaba dentro de una caja de cartón que se convertía en barco mientras recorría toda la casa en compañía de mi hermana.

Ayúdame a recordar que en mi barrio cada calle y lote baldío, eran una aventura, y que cada esquina era una memoria inolvidable, y que en esta vida lo importante es el tratar y que lo que cuesta, es lo que no voy a olvidar.

En la curva de los años me he encontrado de nuevo con los muchachos con los que solía jugar después de salir de cine de domingo, con aquéllos amigos con los que caminé senderos de estrellas cuando el horizonte era tan sólo un atajo sobre el río al que íbamos a capturar pececitos de colores. Enséñame como hacíamos para tratarnos de vos y no de usted.

Hoy recobrando la memoria con café, y viendo el cambio en nuestros rostros, reafirmo la lección que me diste alguna vez:
Aunque pases y, pase lo que pase…se puede seguir siendo el de siempre.


Luis Carlos Bonilla Sandoval
Fotos: Luis Carlos Bonilla Sandoval




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