martes, 7 de abril de 2009

DILEMA

























Caminé tus fronteras pronunciando tu nombre,
indocumentado como siempre quise,
atrapando alegrías entre montes y valles,
soñando tus ojos, pensando en tu boca, jugando en tu pelo,
a tu lado mi amor, sentía la vida.

Velando tu sueño sentí que te amaba,
y fue sólo hasta entonces que busqué refugio en tu pecho.
-¿Escuchas mi corazón bajo el Vesubio amigo mío?
-Escucho tu corazón, siento que explotas-
-Entonces camina mi piel, hazla muy tuya, viaja sin prisa,
deja tus huellas, bebe mi sangre,
y no preguntes si habrá sol en mi lecho…cuando suba la tarde, los dos moriremos.

Bebí de tu vida, me quedé en tus besos,
cerré mis ojos en la otoñal penumbra,
busqué el aroma que imaginé en tus senos, luego tu puerto… mi melancolía.
No eras mi amiga, no era tu amigo,
éramos uno... y uno de los dos hoy moriría.

Tuve que morir por haberte amado,
pero quiero que sepas antes del olvido,
que no fui irresponsable, respeté la vida,
que fue primero mi amor, luego el deseo,
que no es egoísta quien muere en el placer sin freno,
egoísta es quien calla en vida... lo que el corazón le dice.


Luis Carlos Bonilla Sandoval – Abril 7/2009

Fotografia: Luis Carlos Bonilla Sandoval

1 comentario:

Rembrandt dijo...

Quién puede negarse al amor cuando ha sido invitado al banquete del que se nos brinda en cuerpo y alma.

Egoísmo? No, placer compartido nunca puede ser egoísta.

Muy bello tu post de hoy. Me dejó pensando en otros momentos, en otros lugares ...

Te beso y que sigas muy bien

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