No te imaginás la alegría que me da cuando te escucho, es una sensación que sólo puedo comparar con la alucinación que experimento cuando te siento cerca aunque estés distante, y esta felicidad sólo puedo compararla con la fiesta que vivo en los momentos en los que dibujo en el aire las líneas de tu cuerpo, cuando me río solo, cuando soy más loco que cuerdo, cuando imagino que te fuiste con el alba, pero sólo por un momento para volver a ser vos, para ser esa mujer que día a día reinvento mientras conjugo el verbo esperar en presente, y que imagino hace lo mismo pero en otro idioma.
En los instantes en los que tu voz y tu recuerdo atraviesan el espacio y se sumergen en el mar antes de remontar los Andes, trato de imaginar cómo estarás, y para darme ánimo y seguir soñando, pienso en nosotros cuando éramos chicos, en el tiempo maravilloso que vivimos en nuestro barrio cuando éste era sólo un continenente por descubrir, y te confieso que puedo quedarme elucubrando durante muchos días, pero vaya uno a saber que puede llegar a pensar mi gato si me ve hablando solo y haciendo trazos en el aire, y que dirá cuando escuche que estoy cantando a todo pulmón "All you need is love" mientras camino por toda la casa vestido con un traje de color rojo, zapatos verdes, un sombrero de copa amarillo, un collar de flores colgado del cuello, y un cartel luminoso con tu nombre. No te imaginás con qué propiedad me habla de la vida y de la cordura desde que se leyó su primera novela. El otro día me sorprendió maullando en francés.
PD: No te imaginás, pero dibujarte en el aire, me ha ayudado a imaginar el abrazo que dejamos empezado detrás de las dos tazas de café que nunca nos tomamos.
Luis Carlos Bonilla Sandoval - Agosto 21 de 2011
Fotografia: Luis Carlos Bonilla Sandoval (Nivelles)