A veces pienso que las cosas sin importancia, habladas en lugares poco importantes,
se vuelven importantes, y es tan simple decirlo, que mejor te lo escribo para complicarme un poco:
Sabés que estás en mis escritos porque sos todo lo que quiero decir,
que vivís en mis tardes de domingo y en la lluvia que empaña mi ventana,
en mis canciones.
También sabés que sos más que un recuerdo porque te reinvento todos los días,
porque deletreo las once letras de tu nombre,
porque quiero despertar y saber que estamos juntos,
porque me gustaría rozar tu piel con un trozo de manzan en las mañanas,
y darte un beso de fresa y un abrazo de miel cuando la tarde acabe.
También sabés que quiero caminar tus labios,
ser el que te bese y acaricie, decirte que habrá primavera todos los meses,
que las murallas que nos separan son de nubes,
que sos compleja como un libro de teoremas,
que te recuerdo en el aroma del "Angel” de Thierry Mugler,
en tus jeans desteñidos, en tu camisa azul y en tu pulsera,
que te pienso en cada tarde que anochece,
que quisiera ponerlo todo y no parecer que apenas pongo algo,
sin embargo a pesar de todo y la simpleza, saldré a caminar un poco,
no voy a esperar que el tiempo venga a buscarme,
mientras aguardo tu regreso sentado en la escalera.
Luis Carlos Bonilla Sandoval – Septiembre 05 de 2011
Fotos: Luis Carlos Bonilla Sandoval
Reloj: Google
2 comentarios:
Esperar en la escalera...?
Muy bueno!!!... Un beso.
Esperar sentado en la escalera, es lo mejor que puede hacerse en estos casos porque se puede salir a caminar y el tiempo no te atrapa
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