viernes, 1 de diciembre de 2017

MELANCOLÍA DE INVIERNO


























Soy un taciturno emigrante del otoño, sin mate ni bombilla
Pintor  de quimeras con cellisca pasajera
Cantor de canciones olvidadas,
Tejedor de historias con sonido y en pasado
Un constructor de recuerdos que llegan con sigilo,
Un soñador sin rostro en tarde de espejismos.

Mi amor deshabitado hoy te pregunta:
¿Eres la misma que cubrió alguna vez mi jardín imaginario?
¿La que trajo a mí las voces suspendidas en mi libro de recuerdos?
¿Quién pintó mi piel de nostalgias amplificando mi silencio?
Si es así, entonces dame un buen final, una canción secreta

Luis Carlos Bonilla Sandoval
Nivelles (Bélgica)  – Diciembre 1 de 2017

martes, 28 de noviembre de 2017

MI SON DE OTOÑO

 




















MI SON DE OTOÑO

Mi son se cubrió de otoño
De recuerdos lejanos salpicados de ocre y miel
De un color gris que solo la melancolía entiende
De hojas caducas y encinas muertas

Mi son está hecho con imágenes rotas y mi voz ceniza
De un verde distante y muy poco ruido
De notas tristes, exilio de cuervos
De tardes trémulas y mi corazón de tiza

Canta la garúa anónima mi son en noviembre
Busco una mano, un cuerpo, la melodía perdida
Tamujas que giran, humarada de otoño,
Papalote perdido, nadie me ve.

Luis Carlos Bonilla Sandoval (Nivelles – Noviembre

lunes, 13 de noviembre de 2017

AGUA DE CANELA






En este camino que ya nadie recorre, salvo el crepúsculo
Las voces del recuerdo que mis noches rondan
Me han hablado entre sueños de otros días,
De música secreta, mi Son de otoño
De  mis ansias de andar con la mochila
Y de entender que quién regresa alguna vez, se marcha con el tiempo.

Mi bombilla está vacía, mi juventud distante
Mi soledad se esconde en esta vida quieta,
Ciudad de esquinas mudas, de pretéritas paredes y portones
De adoquines desgastados, gente con prisa,
Así voy, así es la vida en este otoño de borrón y cuenta nueva
En el  que afortunadamente el agua de canela con jengibre,
Todavía sirve para el resfriado… y la nostalgia.

Luis Carlos Bonilla Sandoval
Nivelles (Bélgica) Noviembre 16/2017

jueves, 19 de octubre de 2017

TU RECUERDO





























No sé si volverán los días de besos y vino tinto en copas nuevas,
De lluvia y chimenea, de las canciones que siempre nos gustaron,
El perro del parque, el Cine club, Tobacco Road, tus diez y seis años,
El cuervo ya no llama para el vuelo de la noche envuelto en un papel,
Mis sueños posados en tus labios, mi melancolía.

En esta mañana de zapallos amarillos y mate lavado,
Un silencio filoso se ha colado por las hendijas de la puerta,
Decapita con placer las paredes en las que colgamos imágenes de los Fab Four,
Del Gato Negro y Berenice, la Infección de Andrés Caicedo,
No suena Woman de Lennon, y Cortez no canta con Facundo.

Pienso que antes de amarte amor, nada era mío,
Ni siquiera tu recuerdo que guarde por años envuelto en una carta,
Yo caminaba pisando mi sombra para que no se me escapara
De noche era feliz aullándole a la luna,
Mientras Tomás mi gato, maullaba buscando compañera.

Pero llegaste un día de mis días, deteniendo el tiempo y lo vivido
Avivaste tu recuerdo con el mío, me enseñaste a comer Trenette al pesto
Luego partiste una mañana olvidando mis poemas sin sentido y mal escritos
Hoy no sé hasta cuándo seré un abrazo hueco, un adiós color sepia,
Un suspiro que viaja, la canción que no se olvida


Luis Carlos Bonilla Sandoval  (Marzo 27 de 2016)

domingo, 1 de octubre de 2017

FOTOGRAFÍA




















Noticias de lunes envueltas en periódicos del jueves
tarde de lluvia fabricada en serie, alegrías reinventadas
sillas vacías colocadas frente a frente,
libros releídos, revistas con letras desgastadas
café de ayer, recuerdos distantes, mi barrio, blues lastimero.


Luis Carlos Bonilla Sandoval 2017
Fotografías: Bélgica (Nivelles)

lunes, 20 de marzo de 2017

DIAS AMARILLOS



Cuando te encuentro en una canción, vivo de nuevo,
Siento ganas de pintarme de amarillo,
De usar mi gorra bolchevique y las botas que me diste,
Vivir mis Levis desgastados y la franela gris de Woodstock,
Volver a mi barrio cuando la ciudad esté dormida,
Fumarme un porro decadente, tocar cien puertas y salir corriendo
Y pintar en las paredes de tu casa hoy sin voces,
Los colores de tu nombre junto al mío.

Sos un arquetipo que nació en mis mejores años,
Te quedaste en mí como el olor de las guayabas en verano,
En la fragancia de un Cetriolo salpicado con olio y aceto,
En el aroma volátil del Bouquet Garni de tu pasta,
En las rodajas de Cipollas fritas, en las birras,
Y en el Stufato stracotto brasato que a deshoras algún día compartimos.

Al final de esta tarde ambarina, tan sin nada y tan distinta,
Leo viejas tus cartas, escucho Todo ayer de Mederos,
Vivo su bandoneón de sonido turbio y masticado, giro de vientos,
Tarde sin pájaros, sin hojas, sin viento, sin amigos, el teléfono no suena,
Entonces...te imagino.

Luis Carlos Bonilla Sandoval - Marzo 20 de 2017

martes, 10 de enero de 2017

SOLITARIA COMPAÑÍA







Vivo la distancia pero no tu ausencia,
Invento palabras absurdas, y también me subo al techo a buscar mi gato
Marchito el sol, desconecto la luna, guardo las estrellas
Y cuando en las noches recuerdo el hexagrama que la vida pinto sobre tu piel,
Mi corazón de cigarra canta, salta y quiere salirse de mi pecho,
Entonces le digo que la tome suave que me infarto

Mi amor no es promoción de supermercado, sólo se acomoda, es cotidiano,
Es amor de lluvia, de último café y mesa vacía
De lunes y recuerdos, de canciones desgastadas de The Beatles
Es amor de barrio antiguo
Amor que reinvento cuando te pienso y me miro en el espejo
Remembranzas tuyas que comienzan en un sueño y terminan en un insomnio
Vigilia que aprovecho para jugar al póker con mi gato, su gata, y el ratón de Cheo.

Ahora que no estas, tomo un mate solitario y me inspiro,
Luego pienso en tu cintura y expiro,
Pero a pesar de todo y lo restante, no quiero vestirme más de adioses,
Quiero bailar pronto contigo la canción que las caderas desafían
Porque me estoy dando cuenta de que el tiempo en mi vida está pasando,
Que está triunfando el otoño y sus nostalgias,
Y que puede ser posible que al final del invierno de mi vida
Tus manos y tu boca… ya no me reconozcan


Luis Carlos Bonilla Sandoval (Enero 10/2017)

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