DIATRIBA FRENTE AL ESPEJO®
Como sabía que en el Taller de
Literatura de la universidad, el profesor me iba a preguntar el significado de
diatriba, me aprendí la definición, y de una le dije:
Diatriba, según el Diccionario de la
Real Academia Española, “Es un discurso o escrito violento e injurioso,
contra personas o cosas…”
Mi día no lo voy a comenzar como lo hace la
gente que se hace llamar normal, no voy a revisar una agenda, porque no la
tengo, tampoco voy a cumplir citas ni a escoger ropa para ponerme según mi
estado de ánimo, y mucho menos voy a utilizar
la crema de afeitar que está de moda, sí la del recipiente verde que
dice “Gel” en letras doradas, y que es anunciada con bombos y platillos a
través de los medios de comunicación, como un producto que te regala pasajes
para viajar y disfrutar de inimaginables islas paradisíacas, y de momentos de
película con las mejores modelos del momento que se te arrojarán encima
buscando tu olor a plástico, y el aroma metálico de las llaves de tu auto de
última generación.
Voy a empezar mi día escribiendo lo que
siento, lo que me da la gana, no importa si lo hago mal, lo importante será
intentarlo. Este modelo madrugador y convencional que te describí al principio,
lo he rechazado siempre, y ahora te tocará decidir si lo tomas o lo dejas, pues
la vida es corta, y es posible que antes de que mueras, te contagies del mundo
fatuo que disfrutan en medio de risitas andróginas, los coleccionistas de
marcas, los adoradores de la “Degeneración Pepsi” y la gomina, niñitos bien y
de los otros que llegarán a tu vida envueltos en las banderas de la mediocridad
cantando himnos importados que no comprenden.
Quiero creer que el consumismo al que
la sociedad trató de empujarme, no lo adoptarás, y que por el contrario
combatirás esta enfermedad levantando los símbolos de tu generación felizmente irresponsable,
la vida te dará sorpresas viejo camaleón, pues si no te ponés las pilas para
vivir como quieres, no existirá la más remota esperanza de que mueras en medio
de testimonios que valgan la pena, y tampoco sabrás si alcanzaste página
entera, o si en la boca de los criticones y de los manejadores de “Radio Bemba,
te conviertas en noticia para la venta, o en un inmoral de esquina para
aquéllos que se hacen llamar hombres de bien, los que por desgracia abundan.
¿Y es que la música con la que creciste
no cuenta? ¿Qué pasará con ella cuando abandones tu cuerpo? Con absoluta
seguridad que a los melómanos de ahora, y a los que se hacen llamar DJ, no les
van a gustar los acordes de todo aquello que te hizo gozar mientras estabas
vivo. ¿Y entonces que harás? Que no te coja la vida pensando en el mañana, si
esta es la condición con la que vives y para la que vives, en el momento que
menos esperas, te convertirás en un individuo serio, y eso si es grave, y otra
cosa para tener en cuenta: cuando mueras, deja un escrito a tus familiares en
el que quedará consignado, que no le entreguen propinas al cura de la iglesia.
Como seguramente en muchas
circunstancias te habrás sentido el “Hombre de ninguna parte”, que esto no te
importe, lo realmente válido será lo que creas, y no te preocupes si tus ideas,
así como tus gustos, lleguen a ser considerados obsoletos por las nuevas
degeneraciones sin bandera. ¿Y qué pasará con la literatura oral que nació en
las esquinas de tu barrio, y que recogiste pensando que esto era lo mejor? Lo
más seguro es que no tenga cabida en estos tiempos, y que tal vez muera en
silencio, sin derecho al pataleo, si es que antes no es exprimida con criterio
mercantilista por los vendedores de ilusiones que aparecen después de los
concursos literarios. Tus comentarios y escritos, si no se te aparece un
espíritu celestial, irán a parar a rincones sombríos donde nadie volverá a
recordarlos, o en el peor de los casos, tendrás que pagar con sangre para que
sean publicados, y con esto nadie te garantizará que lleguen a conocerte
después del lanzamiento de tu obra, si acaso tienes una. No cambies tu esencia
viejo camaleón.
Rip, tienes una losa de frío mármol
sobre tu pecho, y es posible que cuando esto suceda, habrás alcanzando tu
verdadera dimensión como escritor, y también es viable que empieces a ser leído
cuando caiga la última palada de tierra sobre la tapa de una caja que con
sacrificios compraron tus deudos, y como vas a ser pasto y concentrado para
gusanos tercermundistas, antes de morir escribe para dejar alegrías y verdades
a las nuevas degeneraciones que no conocen que, detrás del reencauche sólo hay
moda, escribe historias así te digan que el papel puede con todo, hazlo, no
importa si lo que escribes resulta ante los ojos de los que se consideran
poseedores de la verdad, regular o mediocre, y si tu historia la rechazaron los
jurados del concurso o fue señalada como algo sin valor literario por tus
compañeros, que no te importe, y si tratas de escribir, y no te fluye de una,
pues cuéntala a otros, revívela con tus verdaderos amigos cada que puedas para
que crezca con ellos, y para que el legado de tu generación, no quede olvidado
en medio de papeles archivados, tecnología láser, o en el interior de un cesto.
El único consejo que tengo para darte, es que siembres irreverencia cada que
puedas, y no permitas que los necios con su cultura importada llenen tu mundo
de falsas alegrías mientras disfrutan todo aquello que creen nuevo, no te
conviertas en un ciudadano triste y aburrido, no asesines al niño que vive en
tu interior sosteniendo tus creencias, pues si lo hacés, te estará esperando un
periódico y no precisamente el de ayer, sino uno que es el complemento de una
poltrona, unas pantuflas viejas, y un camino que se terminará antes de que
amanezca, la cultura que te impondrán los medios, será una prisión oscura que
administra la sociedad, afortunadamente soy libre, no vivo para ni por ellos,
recuerda que la moral de los falsos profetas, es más peligrosa que las
películas ambientadas con paisajes pintados sobre telones con los que se
adornan las actuaciones de personajes secundarios movidos por los hilos
invisibles de un titiritero, hombrecito que a todas luces se cree poseedor de
la última palabra, sombrío conductor del destino y de las estupideces humanas
que solo existe, gracias a la ignorancia mal manejada, considéralo un mal
locutor de programas radiales de poca audiencia, procura estar un paso delante
de tus detractores, y nunca prediques ni aceptes la palabra ¡BASTA! pues si lo
haces, estarás destinado al fracaso absoluto, y a cerrar el libro de tu vida
antes de que caiga la última hoja del calendario que está detrás de la puerta
de tu habitación, no permitas que te analicen por un embudo, ni entregues tus
órganos a entidades con ánimo de lucro, tampoco permitas que te moldeen, ni que
te implanten el cerebro de un hombrecito manejable y fastidioso, si lo permites,
eres hombre muerto, y podrás contar uno a uno los gusanos que se atragantarán
con los restos putrefactos de tu cuerpo que se habrá convertido en
sanguinolenta podredumbre, y para que no te extrañe, tus gusanos lo harán
retorciéndose en medio del hedor y los nudos de carne descompuesta en que te
convertirás, ten presente que ellos gozan con tu cuerpo corrompido, y que
tienen también el derecho de observar el mundo a través de tus cuencas vacías,
y de transmitir a los de su especie, el legado de sus genes antes de practicar
sexo seguro como los platelmintos, sus parientes cercanos.
No digas que no te importa la
manipulación ideológica, si lo permitiste y aún lo sigues aceptando, de nada
valieron las luchas callejeras con sus pedreas y muertos incluidos, las
guerrillas urbanas que estropearon la vejez de oxidados dictadores, las canciones
de los Rolling Stones, y las niñas en minifalda. Niño plástico: Si nada de esto
lo sabías porque no te tocó vivirlo, pues que te lo cuenten los mayorcitos, con
tus preguntas podrás ayudarlos a que se levanten de las poltronas del
conformismo que consiguieron con sólo mostrar la cédula, si lo haces, seguro
que reaccionarán antes de morir contaminados por la angustia que producen los
relojes, la política, la mala prensa, las corbatas, los doctorados y posgrados,
el dinero que no alcanza para nada, los embarazos no buscados, y los
compromisos adquiridos durante el tiempo que han estado pagando impuestos y
tratando de ser buenos ciudadanos.
¡Dile no a la insulsa ramplonería, y
aparta de tu vida las ganas de pertenecer al mundo de los imbéciles!
Luis Carlos Bonilla Sandoval®
Medellín, junio 20 de 2002
Fotografía: LCBS - Bélgica 2017